Costa Rica es uno de los paises con mayor densidad vehicular de Latinoamerica, cuyo crecimiento vehicular no parece vaya a acabar en corto plazo.
Este aumento constante de vehículos en carretera, ha alcanzado niveles que hacen necesario contar con alternativas de solución que permitan mejorar o disminuir problemas puntuales en intersecciones, prinicipalmente ante la presencia de maniobras de giros izquierdos.
Los giros izquierdos, tanto de los flujos principales como de los flujos secundarios, son las maniobras más conflictivas que se pueden dar en una intersección, tanto a nivel funcional como en seguridad vial. Ante esta problemática, una alternativa novedosa de solución es la intersección conocida como diamante divergente o “DDI” por sus siglas en inglés (diverging diamond interchange).
Las intersecciones diamante divergente se utilizan en intercambios donde se experimenta un alto tráfico vehicular y se generan cruces entre los usuarios los usuarios que buscan incorporarse al flujo principal y los que desean salir de dicho flujo. Las maniobras de incorporación y salida con giros izquierdos experimentan flujos opuestos significativos que facilitan el desarrollo de congestiones en estas intersecciones.
La propuesta denominada “DDI” consiste en invertir los sentidos de circulación del flujo principal, eliminando el flujo opuesto de la maniobras de salida e incorporación, mejorando así la funcionalidad y seguridad vial de las maniobras que se realizan en la intersección divergente diamante.
Como se muestra en las imágenes siguientes, al invertir los sentidos de circulación, en una primera fase semáforica, los giros izquierdos Oeste-Norte y Sur-Oeste no experimentan flujos opuestos, lo que propicia que las maniobras se puedan realizar libremente y de forma segura.
Al iniciarse la segunda fase semáforica, las maniobras favorecidas por el diseño Diamante Divergente son las Este-Sur y Norte-Este, ya que los usuarios puende realizar dichos movimientos de forma libre, sin que se requiera esperar una brecha en un flujo opuesto para incorporarse al transito deseado.
Pese que, inicialmente, el cambio en los sentidos de circulación se pueden percibir como inseguros, las intersecciones DDI consideran el uso de un sistema semafórico coordinado como mecanismo para orientar los flujos vehiculares en dichas zonas de conflicto. Los semáforos se ubican en los puntos de intercambio de circulación, bridando la vía unicamente a los flujos deseados en cada fase. La aplicación de esta alternativa de intersección en Springfield, Estados Unidos, ha permitido reducir un 30% la tasa de accidentes respecto al escenario inicial.
En Costa Rica, específicamente en el distrito de Pavas, el Ministerio de Obras Públicas y Transporte desarrolló un caso práctico del uso de una intersección Diamente Divergente. La intersección se desarrollo para mejorar la operación y seguridad de las maniobras conflictivas que se generaban entre las Ruta Nacional No. 104 con la Ruta Nacional No. 39 (Circunvalación).
Al ser ambas carreteras de alto tránsito, con un TPDA superior a los 25000 vehículos, los usuarios experimentaban condiciones poco favorables al realizar las maniobras de salida e incorporación a la Ruta Nacional No. 104. Cuando se inviten los sentidos de los flujos principales en el puente de la Ruta Nacional No. 104, se eliminan los flujos opuestos y las maniobras de salida e incorporación se pueden realizar de manera más agil y segura por medio del control semáforico en la zona.
Actualmente, los ingenieros viales tienen el reto de resolver la congestión y el crecimiento vehicular, teniendo en cuenta limitaciones geográficas, económicas y sociales y es esta condición la que permite el desarrollo de ideas novedosas como lo es la intersección Diamante Divergente “DDI”.